Entrevista a José Manuel Nicolau Ibarra, Presidente del Consejo de Protección de la Naturaleza de Aragón
15/02/2023
- Consejo de Protección de la Naturaleza de Aragón
- Medio ambiente
“Esta sociedad es más compleja que la de los años 90, por eso el CPN es más necesario que nunca para crear consenso en aspectos ambientales". Doctor en Ecología, investigador y profesor de la Universidad de Zaragoza, José Manuel Nicolau Ibarra ha sido elegido como nuevo presidente del Consejo de protección de la Naturaleza de Aragón.

Zaragoza, 1961. Su infancia son recuerdos de una torre de La Almozara. La pasión temprana por el fútbol fue dando paso a una más grande, la pasión por la naturaleza. La suerte y el trabajo duro lo condujeron a ser uno de los primeros en estudiar el impacto ecológico de la minería a cielo abierto en Aragón. Actualmente es profesor de Ecología en la Escuela Superior Politécnica de Huesca. Cada noche relee un par de capítulos de ‘Mi infancia rural en Aragón’, de José Arbués. Desde hace unas semanas, ostenta el cargo de presidente del Consejo de Protección de la Naturaleza de Aragón.
¿Qué resumen haces de 40 años de trayectoria profesional?
“No es fácil porque ya soy muy mayor (entre risas). Estudié Ciencias Biológicas en la Universidad Autónoma de Madrid tras lo que me concedieron una beca de la Diputación de Teruel para estudiar desde el laboratorio de Andorra, el impacto ambiental de la minería de carbón a cielo abierto. Después de trabajar un tiempo para una consultoría privada comencé mi tesis doctoral. Fueron cinco años de investigación en el Instituto Pirenaico de Ecología profundizando sobre los impactos de la minería a cielo abierto en Teruel. De Jaca salté al Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Almería donde trabajé en desertificación en zonas áridas. Luego vino Londres y mi estancia en el King's College de Londres, a la que siguió un año en la Estación Experimental Aula Dei, del CSIC, en Zaragoza. La docencia acaparó los 14 años siguientes de mi vida como profesor de ecología de la Universidad de Alcalá de Henares en Madrid, hasta que llegó la oportunidad de volver a Aragón”.
¿Qué temas ambientales han centrado la mayor parte de tu vida como investigador?
“El impacto de la minería a cielo abierto en Aragón ha ocupado la mayor parte de mi carrera profesional. Aunque también he estudiado otros ámbitos como la restauración ecológica de zonas erosionadas o la de bosques quemados. Pero en los últimos años estoy, junto con otros científicos, centrado en una investigación sobre los efectos ecológicos del despoblamiento rural. En estos momentos, hay dos factores que están alterando la naturaleza ibérica y europea: el cambio climático y el cambio de usos tradicionales, consecuencia del despoblamiento rural. La gestión activa del territorio mejora los servicios que ofrecen los ecosistemas. Estamos viendo que la recuperación de la naturaleza tras el despoblamiento rural, requiere de una gestión ambiental activa, para que contribuya al desarrollo rural".”
¿Qué supone para ti haber sido elegido presidente del Consejo de Protección de la Naturaleza?
“En un primer momento, cuando me ofrecieron el cargo, pensé en declinar porque los investigadores tenemos mucho trabajo. Pero luego pensé que, en primer lugar, mi bagaje profesional me había hecho buen conocedor del tejido ambiental aragonés en su conjunto. Desde el ámbito empresarial a las administraciones pasando por el mundo académico, el científico o el ecologista, entre otros. Y, en segundo lugar, que tengo una edad en la que he aprendido a escuchar, a consensuar, a buscar el entendimiento por encima de tener razón. Me pregunté, ¿puedo con esto darle un buen servicio a la sociedad aragonesa? Y la respuesta fue sí.
¿Cuáles son los objetivos que te gustaría alcanzar al frente del CPN?
“Solo tengo uno, el consenso. Yo recuerdo que, cuando en 1992 firmamos en defensa de la creación del Consejo de Protección de la Naturaleza de Aragón el CPN se creó gracias a una Iniciativa Legislativa Popular, la primera que se llevó a cabo en toda España la idea que teníamos era esa. Que el Consejo fuera un órgano independiente, con una base científico técnica, que representara a la sociedad aragonesa y fuera un punto de encuentro entre los distintos intereses de la misma en materia medioambiental. En el seno del consejo se tratan temas muy controvertidos como Castanesa o Canal Roya”.
Esa sociedad de la que hablas, compleja a su modo y en constante evolución, puede recordar de algún modo a la de 1992. En aquellos momentos, el CPN constituyó un impulso para el consenso en temas ambientales. En estos momentos, ¿ese papel es tan necesario como lo fue en su día?
“Si, yo creo que sí. Esta sociedad es más compleja que la que había en los años 90. El papel del Consejo es más necesario que nunca. Que exista una plataforma de encuentro, de conversación y discusión sosegada, con base científica para tratar temas que a veces son espinosos es más que necesario. Recoger visiones diferentes poniendo en el centro el conocimiento científico y técnico, creo que esa debe ser siempre nuestra referencia”.
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